El tripartito de izquierdas sigue prometiendo VPO para el futuro: 11.000 en los próximos 20 años
Son las previstas en el nuevo Plan General aprobado inicialmente y que multiplica por ocho las 1.500 existentes
Para esta legislatura el alcalde socialista José Hila prometió 1.500 y solo ha entregado las llaves de cinco
En total, el nuevo planeamiento prevé la construcción de más de 31.000 nuevos pisos hasta 2040
El alcalde de Palma sólo ha construido cinco VPO de las 1.500 que prometió en campaña
Los nacionalistas de Palma quieren limitar la venta de viviendas a no residentes
Los nacionalistas de Més cargan contra su socia Armengol por el retraso de las ayudas al alquiler
El tripartito de coalición de socialistas, nacionalistas y populistas de Unidas Podemos (UP) al frente del Ayuntamiento de Palma, continúa prometiendo vivienda social para el futuro: casi 11.000 para los próximos 20 años (en concreto, 10.737), cifra que multiplicaría por ocho las 1.500 que hay en la capital balear en estos momentos.
Si primero fue el alcalde socialista, José Hila, el que en la campaña electoral de 2019 lanzó aquella cifra de 1.500 VPO a construir en la legislatura de la vivienda social, ahora es la concejala de Modelo de Ciudad, Neus Truyol, la que sube el listón en las previsiones de futuro del nuevo Plan General.
La ya cabeza de lista de Més per Palma para los comicios de 2023 ha precisado al respecto en rueda de prensa que del total de ese montante previsto, un total de 1.320, serán alojamientos dotaciones. En general, viviendas de alquiler de pequeñas dimensiones para colectivos especialmente vulnerables por un periodo de tiempo limitado: temporeros, inmigrantes, etcétera.
Pero más allá del número de vivienda social prometido por una y otra formación de gobierno, está la realidad de los hechos de un gobierno municipal que comparte color político con el Ejecutivo balear y que, en seis años, sólo ha entregado, por ahora, las llaves de cinco VPO en Palma.
Todo un indicativo de que en materia de vivienda, el discurso del tripartito de la izquierda nacionalista va por un lado y la realidad por otra bien diferente.
«El nuevo Plan General de Palma es muy ambicioso y a la vez realista», afirmó Truyol, que se puso el reto de «impulsar políticas de vivienda asequible para todos los ciudadanos». La concejala nacionalista, no obstante, no precisó ni cómo, ni qué instrumentos habilitará para hacer accesible un mercado inmobiliario inasumible para el grueso de la población local.
Baste indicar que la dirigente de Més, en su comparecencia ante los medios, no quiso ni fijar precio para esas viviendas sociales de futuro, y se limitó a reflejar que, lo ideal, en el mercado de alquiler es que no se supere el 30% de la renta de la unidad familiar.
En total, el nuevo planeamiento aprobado la semana pasada de forma inicial por el pleno municipal, prevé la construcción de 31.000 nuevas viviendas hasta 2040, de las que 9.000 se edificarán en nuevas zonas urbanizables. La concejala de Més precisó que el nuevo planeamiento contempla otras medidas de impacto como la mezcla de usos en los barrios con el fin de fomentar la vinculación de los vecinos en su entorno.
A este respecto, por ejemplo, se propone la limitación de los cambios de uso de locales en planta baja para pasar a ser vivienda. De la misma forma se definen ejes de actividades económicas, conformados en la mayor parte por las calles de una anchura de 20 metros o superior. En estos ejes urbanos, al menos, el 60% de las plantas bajas se destinarán a actividades económicas. En el resto de la ciudad, este cambio de uso sólo se puede autorizar cuando el local en cuestión, pase a ser vivienda protegida.
«Queremos una ciudad vivienda asequible, y al mismo tiempo avanzar de forma decidida hacia la sostenibilidad del parque edificado y de las nuevas viviendas”, remachó la regidora, sin ofrecer instrumentos para lograrlo, más allá de su discurso de buena voluntad.